Uzumaki

Hiroshi Nagahama, Yuji Moriyama

Mushishi, The Flowers of Evil

Parece que la «maldición» de Junji Ito con las adaptaciones audiovisuales continúa acechando tanto al mangaka como al equipo detrás de sus obras. Uzumaki, una de las creaciones más emblemáticas del maestro del terror nipón junto a Tomie, finalmente ve la luz después de un desarrollo plagado de problemas, entre ellos los efectos de la pandemia, cambios de estudio y director. Tras cinco años de espera, Uzumaki nos entrega un primer episodio memorable y tres capítulos posteriores que, tristemente, se sienten como una sombra de aquel comienzo.

Las obras de Junji Ito son únicas en el panorama mundial del terror. Su estilo inconfundible se refleja desde el primer episodio de Uzumaki, dirigido magistralmente por Hiroshi Nagahama y animado por el estudio Fugaku. Este episodio inicial brilla por su densa atmósfera y una narrativa fiel al estilo de Ito, justo lo que cabría esperar del director de Mushishi. En términos de animación, el capítulo alcanza una calidad sobresaliente y realista, con varias escenas que parecen haber sido grabadas con actores reales para luego ser rotoscopiadas. Esto aporta una sensación visceral y tangible al horror, que sumerge al espectador en un ambiente casi palpable. Es un inicio absolutamente impactante que queda en la memoria, y con el que, lamentablemente, tendremos que conformarnos.

A partir del segundo episodio, la calidad desciende notablemente. Esta parte de la serie, dirigida por Yuji Moriyama y animada por el estudio Akatsuki, carece de la consistencia visual del primer capítulo. Según el productor Jason DeMarco, las dificultades surgieron por factores externos, afirmando: «Alguien tiene la culpa aquí, y todos hicimos lo mejor que pudimos… Nos jodieron y las opciones eran: no terminar, emitir solo el capítulo 1, o lanzar los cuatro con sus defectos». Estas palabras sugieren una intervención externa que afectó el desarrollo de la serie.

Este declive afecta especialmente a Uzumaki, una obra donde el peso recae en lo visual, ya que Junji Ito es conocido por un desarrollo mínimo de personajes, ritmos irregulares y finales abruptos. Su magia reside en la creación de escenarios terroríficos y desoladores, rodeados de monstruos horrendos y folklore japonés, un festival de horror inimitable. En este contexto, los problemas de animación perjudican gravemente la adaptación, que no logra mantener el nivel de su primer episodio. Bajo la dirección de Hiroshi Nagahama, quizás la serie incluso podría haber superado la obra original de Ito.

Al final pese a todos los contratiempos y desgracias, Uzumaki es una buena experiencia que sin embargo sabe a poco pero que nos deja un primer capitulo para el recuerdo.

«Uzumaki: una obra maestra incompleta. Y es que la sombra de Junji Ito está maldita, vaya donde vaya.»

-Álvaro Lages-

SINOPSIS

Kirie intenta escapar de su ciudad, Kurouzu-cho, donde los residentes se obsesionan con las espirales debido a una maldición inexplicable.

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