Vaiana 2

Jason Hand, Dana Ledoux Miller, David G

Vaiana 2 llega a los cines y, esta vez, nos embarca en un viaje mucho más grande y épico que expande su universo. Sin embargo, carece de la magia y el corazón que hicieron tan especial a su primera entrega.

No es ningún secreto que un buen director puede consagrar una película. La primera Vaiana funcionó tan bien porque estaba en manos de Ron Clements y John Musker (Hércules, Aladdín, La Sirenita, El planeta del tesoro). En esta ocasión, el testigo pasa a un trío de directores debutantes: Jason Hand, David G. Derrick Jr. y Dana Ledoux Miller.

Narrativamente, el caos en la dirección es evidente. Aunque Vaiana 2 parte de una historia clara y con un objetivo definido, rápidamente se pierde en un mar de “espectacularidad” y pequeñas aventuras que, lejos de enriquecer la trama, la dispersan. El resultado se siente como un proyecto pensado originalmente para una serie de Disney+, pero que, por alguna razón, fue adaptado apresuradamente a un largometraje. Esto se refleja en su estructura narrativa: en apenas 100 minutos, la película pasa superficialmente por cada evento, sin tiempo para desarrollar nada en profundidad, dejándola vacía y carente de alma.

La repetición es otro problema. La premisa resulta demasiado similar a la de su predecesora y, en muchas ocasiones, parece carente de ideas, como si estuviera deseosa de alcanzar su final. Los nuevos escenarios, que podrían haber sido únicos y memorables, terminan siendo meros decorados de paso, sin relevancia ni impacto. Todo conduce a un desenlace anticlimático que, aunque introduce una idea interesante, la abandona rápidamente para allanar el camino a una posible continuación.

Visualmente, Vaiana 2 sigue siendo un deleite. Los escenarios coloridos, la iluminación, las animaciones y el tratamiento del agua son una muestra del talento excepcional de su equipo técnico. En este aspecto, mantiene el nivel al que Disney nos tiene acostumbrados.

Sin embargo, en el apartado musical encontramos una de las mayores decepciones. La ausencia de Lin-Manuel Miranda es notable, dejando una banda sonora fría y sin canciones memorables que puedan quedar en el corazón del público.

En cuanto a los personajes, tampoco hay buenas noticias. Vaiana aparece desdibujada y plana, perdiendo la oportunidad de explorar nuevas capas de su personalidad en un viaje que podría haber sido catártico. Maui, aunque más simpático que en la primera entrega, carece de profundidad y relevancia. Incluso las mascotas, que comienzan siendo divertidas y relevantes, pierden protagonismo a medida que avanza la película.

El exceso de personajes secundarios juega en contra de la narrativa. Los nuevos integrantes del reparto resultan poco trabajados y, en lugar de aportar, entorpecen el desarrollo de los protagonistas, impidiendo que crezcan de manera eficaz.

En definitiva, Vaiana 2 es un proyecto extraño, probablemente influido por múltiples factores durante su desarrollo, que termina entregando un producto a medio hacer. Su predecesora, una de las películas más queridas y exitosas del mundo, merecía una continuación a la altura. En cambio, esta secuela dinamita gran parte de ese legado, dejando una sensación amarga entre los espectadores.

«Si no tienes nada importante que decir, quizá sea mejor no decir nada. Esta es una secuela que no debería haber existido, al menos no de esta manera.»

-Álvaro Lages-

SINOPSIS

Después de recibir una llamada inesperada de sus antepasados ​​​​orientadores, Moana viaja junto a Maui y una nueva tripulación a los mares lejanos de Oceanía y hacia aguas peligrosas y perdidas hace mucho tiempo para una aventura diferente a todo lo que ha enfrentado antes.

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