The Watchers
Ishana Night Shyamalan
Con tan solo 25 años, Ishana Night Shyamalan, hija del célebre director M. Night Shyamalan, nos trae su ópera prima The Watchers. Un debut tan marcado por el estilo de su padre, que podría pasar desapercibido como una obra suya sin que nos diéramos cuenta. La joven directora debutante trabajó bajo las órdenes de su padre coescribiendo y codirigiendo la aclamada serie de Apple TV Servant, y ahora da el salto a la gran pantalla como directora y guionista de The Watchers. En esta película, deja destellos de calidad que evidencian su talento, dejando claro que ha llegado para replicar la exitosa fórmula de su padre.
The Watchers es una historia pequeña y compacta que toma como punto de partida el folclore de horror irlandés. Los verdes bosques de la campiña irlandesa se transforman en un escenario de pesadilla, casi como un cuento de los hermanos Grimm. Ishana Shyamalan crea una puesta en escena meticulosa y trabajada, donde lo insinuado resulta mucho más terrorífico que el mal real que habita en el bosque. En este sentido, es de alabar cómo la joven directora logra replicar con maestría la faceta más destacada de su padre, la que hace brillar sus películas.
El mayor problema de la película radica en sus diálogos y en la falta de creatividad para desarrollar mejor la narrativa, un aspecto que también afecta frecuentemente a su padre. Las conversaciones se sienten torpes, interrumpiendo el flujo de la historia y anticipando los acontecimientos de manera predecible. Esto es especialmente desafortunado, ya que culmina en un tercer acto bastante mediocre, que resuelve la película con escasez de ideas y un mal gusto evidente. La subtrama que Ishana intenta cimentar a lo largo del filme acaba quedándose en nada, desperdiciando su potencial y dejando la sensación de que, contada de otra manera, habría sido mucho más interesante.
Visualmente, la película cumple con creces. Los breves momentos en los que se nos muestra la campiña irlandesa y sus alrededores son un deleite para los sentidos, creando un fuerte contraste con su contraparte: el bosque perdido. Esta última ubicación, hogar de los Vigilantes, evoca las peores historias de terror jamás contadas. Con una propuesta tan formidable como el bosque y «El Nido» —el refugio donde los personajes intentan mantenerse a salvo de los Vigilantes, aunque siempre expuestos—, la película logra generar suspense en cada paso.
Toda esta riqueza visual es aprovechada por la talentosa directora novel, quien sin titubeos ofrece una puesta en escena de alta calidad. Ishana dirige la mirada del espectador con precisión, como una ilusionista del terror, guiándonos con habilidad hacia donde ella quiere que miremos, maximizando la tensión y el impacto visual en cada secuencia.
A pesar de que gran parte del público ha criticado duramente a Ishana por su debut, vale la pena recordar cuántas personas en el mundo son capaces de debutar a los 25 años con una superproducción de este calibre y con tantas miradas expectantes sobre ella. Además, realizar un trabajo tan similar al que su famosísimo padre ha hecho con 32 años de experiencia a sus espaldas ya es, en sí mismo, el mejor elogio que se le puede dar. Con este buen, aunque imperfecto, arranque, estaremos atentos a los próximos proyectos de esta directora, que seguramente no tardará en hacerse un nombre propio.
«¿Qué hay mejor que un Shyamalan? Pues, dos Shyamalans.»
-Alvaro Lages-
SINOPSIS
Una joven artista queda varada en un extenso e inmaculado bosque en el oeste de Irlanda, donde, después de encontrar refugio, queda atrapada junto a tres extraños, acechada por misteriosas criaturas cada noche.