Monster
Hirokazu Kore-eda
Nobody Knows, Still Walking
Kore-eda nos sumerge en una misteriosa historia en la que observamos, como a través de un caleidoscopio, su desarrollo. A medida que se suceden los tres actos, la historia dará un giro sobre sí misma y cambiará totalmente el prisma del relato. De esta manera, entremezclando el misterio y el suspense con el drama, Monster nos cuenta una historia muy íntima que, aunque contiene una gran carga metafórica que enriquece el significado, nunca se siente inaccesible. Kore-eda utiliza el suspense y apela a las emociones universales para mantener al espectador conectado durante todo el relato. Sin embargo, no está solo en esta tarea; el compositor Ryuichi Sakamoto, una verdadera eminencia en el mundo del cine, también juega un papel crucial. Con su maestría al piano, Sakamoto acompaña las imágenes con una música que impulsa la narrativa hasta llegar al corazón.
La fascinante historia de «Monster» se complementa con una estética costumbrista japonesa que presenta interiores cargados de elementos, donde, aunque algunos detalles pueden perderse, Kore-eda acentúa aspectos clave de la trama de manera intencionada. Aunque esta técnica a veces puede resultar molesta, en este caso no interfiere demasiado, ya que la estructura de la película permite que el enfoque sea efectivo.
La película no se detiene demasiado en las transiciones entre localizaciones, prefiriendo pasar rápidamente de una escena a otra, lo que refleja claramente su objetivo narrativo. El entorno urbano y recargado en el que transcurre la vida adulta contrasta con los escenarios más naturales y coloridos del mundo infantil. En estos últimos, la fotografía tiene más libertad para brillar, mientras que ciertos escenarios tienen un halo de «suciedad» que complementa la narrativa de manera efectiva.
Los personajes que acompañan la historia están bien definidos. Aunque no todos tienen una resolución completamente satisfactoria, cumplen la función de desarrollar lo que realmente importa: los dos personajes principales. El éxito del primer acto no se debe solo a lo que se cuenta y cómo se cuenta, la interpretación de Sakura Ando como una madre decidida, que lucha con fervor para proteger a su hijo Minato de los presuntos abusos en la escuela, es fundamental. Su valentía y determinación para enfrentar cualquier obstáculo en defensa de su hijo es digna de elogio.
Por otro lado, los dos niños protagonistas, Minato, interpretado por Soya Kurokawa, y Yori, interpretado por Hinata Hiiragi, se muestran ante el espectador tal como son: dos niños que luchan contra un mundo desconocido mientras intentan encontrar su identidad y su lugar en él, con toda la carga emocional que eso conlleva. Con interpretaciones tan naturales, es fácil dejarse llevar y sentirse parte de lo que está sucediendo, con el corazón en un puño.
Al final, Monster es una de esas películas excepcionales que no deja a nadie indiferente. Su riqueza narrativa, visual y emocional es impresionante, y te envuelve en cada detalle. Kore-eda no solo busca remover al espectador con su mensaje, sino que lo consigue de manera magistral, proporcionando una experiencia que deja huella y que genera una profunda satisfacción al desentrañar su complejidad.
«¿Quién es el monstruo? Al final, el monstruo terminé siendo yo, yo que me puse en lo peor y visualicé los escenarios más macabros y monstruosos posibles mientras intentaba unir el rompecabezas del que Kore-eda me hacía partícipe.»
-Alvaro Lages-
SINOPSIS
Cuando su hijo Minato comienza a comportarse de manera extraña, su madre siente que algo anda mal. Al descubrir que un maestro es el responsable, irrumpe en la escuela exigiendo saber qué está pasando. Pero a medida que la historia se desarrolla a través de los ojos de la madre, el maestro y el niño, la verdad emerge gradualmente.